Aceptar que a veces no puedes, o no quieres, es una poderosa señal de humanidad y de amor propio”.
G. CádizSiempre he coqueteado con el deseo que algún coachee o paciente no llegue a la hora agendada. Sí, así tal cual. Recuerdo muchas veces que estando en mi consulta, con emoción de niña haciendo alguna maldad o travesura, me sacudía las manos y sonreía mirando para el cielo, por si alguien escuchaba mi petición y me la concedía, ahí en ese preciso instante.
Tan genuino y tan simple mi deseo, anhelaba cosas sencillas, como sentarme en mi sofá de la consulta, observar a la gente caminar, contemplar los árboles moverse, dejar el inagotable ejercicio de análisis (al que me convocaba la psicoterapia), volverme una terrible ociosa o simplemente dejar la mente en blanco, en silencio por un instante. Ahora en este período de cuarentena, esas ganas se han ampliado a por ejemplo ver algún programa de farándula, ¡oh sí, farándula!, aunque por ello ya escucho el ataque que le generará a mis intelectuales amigos esta acción o mero deseo. Pues seguro no entenderían como alguien como yo, persona intelectual, profunda, pase de leer y estudiar a Foucault a entretenerse con ver a Pamela Díaz en TV, ¿lo peor de esto?, es que este espacio de rotundo vacío cerebral me encanta, me sana, me da liviandad, y lo disfruto inclusive más que a Michael Foucault, en esta etapa de mi vida.
A veces con un poco de suerte, me ponía ambiciosa y hacía planes para irme al café de la plaza de Alcántara, y leer o escribir algo. Y bueno, como todo deseo, también cómo olvidar cuánta culpa me generaba. La culpa de no tener deseos de estar para otros, y estar completamente para mí. Sí, para mí, para cuidar, desear, declarar y habitar un espacio solo y completamente para mi, sin tiempo que presione o marque el plan agendado, quizás una hazaña de no poner en primer orden la escucha de alguien que no sea yo. ¿Egoísta?, ¿desobediente?, ¿poco humana?, ¿poco ético?, quién sabe, hoy algo más vieja, le llamo un afán terrible de habitar el espacio de lo “humano y del amor y cuidado propio”.
Desde entonces, y hasta que nos detuvo esta pandemia, no había vuelto a sentir ese deseo con tanta intensidad, un momento de detención y estar “completamente para mi”, de manera presente, amorosa, humana. Y así me he visto en esta cuarentena más de una vez declarando a pensamiento hablado (antes de entrar a las sesiones on line); “uy y si mi coachee, me dice en un rato más, que hoy no puede…mmm qué maravilloso sería regalarme otro espacio y así quizás continuar bailando, viendo Netflix, creando, meditando, o estando para mi, tan solo para mi”. Sin abandonar del todo la culpa, que viene de la mano, he pensado que lo que declaras siempre llega, pues el universo te lo envía. Dicho y hecho, me han cancelado sesiones minutos antes en que kronos me recuerda que es momento de ir a sesión. ¿Qué me pasa?, pues me invade un sentimiento profundo de gratitud y de fe en que el universo y Dios escuchan, pienso ¿y si quizás, es esto también kairós?. Y ¿qué hago ahora con este ocio?, bueno, lo disfruto y me entrego a él por completo, solo que esta vez sin culpa alguna. Así tal como cuando era niña y me escapaba de las tareas escolares y me ponía a inventar e improvisar juegos con mis amigos; que la tienda, que el supermercado, que los miles de fans club; Pablo Ruiz, Ricky Martin, Xuxa, Locomía, no fueron pocos a quienes les armé un club de fans. Me hacía sentir tan bien, me sumergían en lo simple, lo lúdico, lo creativo, lo de momento, la experiencia, la risa, y tanto más.
En este tiempo de cuarentena cada vez que se abre la posibilidad de ese espacio, y que lo vivo y disfruto, siempre al finalizarlo, vuelvo de manera recurrente a la pregunta, de ¿por qué desde mis cinco años elegí estar observando, escuchando y acompañando a otros?, la respuesta no sé si la tengo. Sin embargo, cada vez que me observo, me detengo, me veo y veo a mis amigos psicólogos, coaches y terapeutas, me invade la misma interrogante, ¿por qué eligieron este camino?, ¿qué buscan aquí?, ¿lo encontrarán?. ¿Por qué eligieron una profesión donde estás siendo oferta para otro todo el tiempo?.
En el afán de encontrar algunas respuestas, creo que es el simple y poderoso deseo de “ofrecer amor”, de habitar un mundo de más conciencia, de más respeto, un mundo más humano. Y sí, como coach, en ese setting de transformación, tan solo somos un humano más, que también se abre a esa danza conversacional atraído por el misterio infinito de lo humano, y dispuesto a la posibilidad de ser también transformado por el otro, con luces, con sombras, con alegrías, con dolores, con amores y desamores, con vida. A esto yo le llamo, la “fidelidad de tenerse a sí mismo”. Esta fidelidad es la que nos invita a ser conscientes y no dejar de ver y escuchar, que detrás de cada coach, hay una persona, un humano; que siente, que necesita, que pide sin pedir, que ríe, que llora, y que quizás a veces poco se permite.
Estas líneas solo son una tentativa para desafiar a tantos coaches a parar, y a habitar lo humano en sí, a albergar el anhelo sin culpa de “no” querer estar siempre para otros, y de “sí” estar en bendita presencia para sí mismos. De celebrarnos en plenitud la imperfección que nos habita, para desde ahí hacer que emerja la profundidad de nuestro SER, en cuanto personas.
Por lo pronto, no sé cuántos momentos como estos me seguiré regalando, quizás los que mi cuerpo y emociones sientan necesarios, y aunque mi mente racional se esmere por traerme a ratos la bendita culpa, pongo la TV en su máximo volumen para celebrar a mi observador de este aquí y ahora, queriéndose regalar momentos de plena presencia y atención para sí misma, aunque por ello y a juicio de muchos, esta psicóloga y coach tenga que pasar una vez más al diván. Con amor a todos mis queridos amigos terapeutas y coaches, que han elegido este hermoso camino de soplar brasas en otros, muchas veces quizás, queriendo sublimar ese tan genuino y profundo deseo, que los demás estén para nosotros.
Los honro, Ghis.
Ghislaine Cádiz Glos
Psicóloga y coach empresarial con 12 años de experiencia en áreas de gestión de personas. 8 años liderando procesos y equipos en el ámbito de Cultura, Desarrollo Organizacional, Liderazgo, Desempeño, Talento, Compensaciones, y Gestión de Cambio. Formada en ECORE en el año 2016.
Este artículo fue escrito por personal no perteneciente al área administrativa de Newfield Consulting ni de Eureka, por lo tanto no nos hacemos responsables de las opiniones y comentarios reflejados en el mismo.
Muy linda reflexión. A muchos esta pandemia nos ha llevado o incluso obligado a disfrutar de nosotros mismos y disfrutar sin culpa, aunque a veces cuesta por las “obligaciones” o creencias que uno debe hacer día a día. Muy lindo mensaje!
Muy asertivo y cierta reflexión, a pesar que no soy psicóloga ni coach, el dedicarse tiempo para uno mismo es tan difícil cuando tenemos responsabilidades de trabajo, hogar, hijos, el “tener que estar”, siempre presentes y disponibles para los demás muchas veces se hace mas pesado de lo que debería, y creo que todos necesitamos un tiempo de desconexión, de “no estar” para los demás y estar solo para ti, ya sea en silencio o en una maratón de series en Netflix. Creo que me hace reflexionar y no sentir culpa si por lo menos un día en el mes estoy solo para mi sin agendas, ni compromisos con terceros sino solo conmigo misma. Gracias por abrir esa inquietud en mi de querer hacerlo sin culpas sintiendo que es necesario y merecedor.
Gracias Eureka ♥️Por compartir una parte de mi. Gracias Ale y Liz por la buena onda y recepción y el feedback. Abrazos 🤗
Gracias a ti por tu disposición a abrirte e invitarnos a reflexionar, me identifiqué mucho con tu historia. Dejo abierta la invitación para que continúes compartiendo tus escritos con toda nuestra comunidad!
Que tremenda lección! Me siento muy identificada.
Hay que aprender a soltar y a darse el tiempo para que la persona del terapeuta este primero, del descanso, haciendo lo que uno quiera sin culpa.
Disfrutar de esos momentos en que el universo se alinea y nos da una demostración de que debemos parar un momento y evaluar en como esta nuestra mente y cuerpo físico.
Sentir amor primero por nosotros mismos como personas para poder entregar herramientas a nuestros pacientes.
Gracias por esta bella reflexión.
Simplemente hermoso y real. Quería seguir leyendo, no siempre encontramos una forma tan sincera y válida de contar nuestro sentir, lo que nos hace humanos y nos conecta con lo que somos y hacemos. Eso da mayor validez en este caso al coach que es un ser humano con el deseo de ser, esta manifestación de sentimiento es lo que lo hace más valioso. Por esto celebro este escrito y espero seguir leyendo mas post Ghislein!!
Hermosa reflexión, siempre he confiado en que tenemos la capacidad de crear en este plano todo lo que queremos experimentar, me ha pasado que no tengo impulso para dar una sesión y la persona cancela, se me llena el corazón de paz y acepto que ese es un tiempo para mi, el universo lo puso ahí, para que yo tome ese valioso momento solo para mi. Cuántas personas quisimos parar en el mundo? Muchas, demasiadas, creamos un virus que nos permitió parar, encerrarnos en casa, tener tiempo para nosotros, darnos cuenta de las reales necesidades y sobre todo experimentar el amor, nos dimos cuenta de cuanto valoramos estar con otros, estoy segura que hay un antes y un después para cada uno, este virus nos transformó profundamente a cada uno de nosotros, agradezco por ello 🦋
Al leer estas líneas, sin duda, me genera variados pensamientos, siendo quizás uno de los mas recurrente que es muy cierto esto que necesitamos habitar el espacio de lo “humano y del amor y cuidado propio”, ya que, si acompañamos a personas que nos requieren necesitamos, sin duda, necesitamos estar bien para conseguirlo, y el amor y cuidado propio son componentes esenciales … Por otro lado, me hizo reflexionar también sobre el “estamos para el el otro” y mirar la otra cara que el “otro también esta para mi” …. ello debido a que el nutrirnos en un espacio común es dual al momento de establecer una relación dialógica sincrónica de pensamientos, ideas y emociones que se movilizan a un mayor bienestar.
Gracias Ghis por invitarme a pensar y reflexionar estos puntos que muchas veces los pasamos por alto al momento de estar realizando nuestra labor de terapeutas.
Gracias Ghislaine por regalarnos presencia, liviandad, fluidez, consciencia plena e impecabilidad en tu hermosa reflexión.
Es sin duda una invitación a expandir el rol de nuestro ser coach, no sólo desde el hacer, sino también desde el SER, y que cuando nos envolvemos en esa burbuja de amor puro, escuchamos, ofrecemos y acompañamos desde la magia y la absoluta genuidad.
Me encanto leerte y escuchar tu música (do, re, mi y sol), tus notas musicales me reafirman el poder transformador de la palabra y más aún desde un lugar de absoluta humildad.
Ojalá nos sigas deleitando con más “@reflexiones o conversaciones desde el diván” (ya parece un programa de face, You tube o life en instagram) , por lo visto tus años de trabajo como psicóloga y como coach te han llevado a este poderoso y hermoso descubrimiento y habitar un nuevo observador. Gracias nuevamente.
Que buena reflexión querida Ghis, me alegra saber que te regalas momentos para ti aunque veas programas de farándula cosa que a mi no me gusta, para mi sigues siendo una personita muy profunda, humana y profesional a quien admiro muchísimo. No soy terapeuta ni coaching, pero desde lo que hago siempre estoy para otros y tu reflexión me llego a lo mas profundo. Un abrazo afectuoso para ti.
Que bello, me dejaste sin palabras. Eres un ser tan maravilloso.
Que bella reflexión!! Cómo terapeuta me sentí muy identificada. Gracias por compartir tu más profundo sentir. A celebrar entonces las instancias del encuentro con uno mismo desde el amor propio.
Maravilloso el espacio que te das y permites. Cuan importante es el entregarte un tiempo para estar en ti durante el día, es fundamental, descansar, vaciar y llenar con la inmortalidad del cangrejo ese minuto para ti, con lo que gustes, con lo que quieras, con lo que te hace feliz, con lo que te relaja o lleva al infinito y más allá.
Gracias por el recordar lo importante del espacio y cariño propio!
Un abrazo!
Bellísima reflexión. Cuanta verdad albergan tus palabras Ghis. Gracias por compartir tan linda experiencia de vida y por la invitación a mirarnos y detenernos sin culpas! Grande!
Que hermoso y genuíno texto, una sincera invitación a validar nuestros sentimentos y deseos sin culpas ya que los estándares intelectuales y profesionales por veces no valoran él arte de la farándula, de los realities, del reggaetón y muchos otras opciones de entrenamiento personal considerados erróneamente con poco valor agregado. Gracias por compartirlo. No hay desarrollo personal si seguimos las reglas sociales sin tenerlas como como parte de nuestra idiosincrásia , seremos personas mas felices reconociendo lo que sentimos🤗
Querida Ghis, me encantó la reflexión y muy certeras tus palabras.
Me siento tan identificada con tus frases, que muchas veces quedan solo en mi mente, y que bueno que las expreses, las compartas y las puedes vivir.
Eres admirable en todo lo que haces y eres una bella persona, que me siento muy honrada, e infinitamente agradecida que podamos compartir espacios de amistad y también en lo profesional, seguir creciendo y aprendiendo de ti.
“A vivir sin culpa los espacios de ocios”
Un gran abrazo.
TQM
Cristi
Qué inspirador leerte querida Ghis! Tan profundo lo que cuentas en pocas palabras y tan bellamente escrito. Muchas gracias!!!!
Querida Ghis. Me encanto leerte y sentirte a través del texto. Me resono muchisimo. Siento que tengo que revalorizar el espacio propio, siento que en nuestra sociedad a veces es denostado como egoista. No hay amor a los demas, no hay entrega a los demas si no me amo y me doy espacios para mo. Pero en la voragine del dia a dia lo olvido. Tenemos que llenar nuestra copa vital antes de compartir el dulce nectar con los demas. Te abrazo y te honro.
Gracias Ghislaine por regalarnos presencia, liviandad, fluidez, consciencia plena e impecabilidad en tu hermosa reflexión.
Es sin duda una invitación a expandir el rol de nuestro ser coach, no sólo desde el hacer, sino también desde el SER, y que cuando nos envolvemos en esa burbuja de amor puro, escuchamos, ofrecemos y acompañamos desde la magia y la absoluta genuidad.
Me encanto leerte y escuchar tu música (do, re, mi y sol), tus notas musicales me reafirman el poder transformador de la palabra y más aún desde un lugar de absoluta humildad.
Ojalá nos sigas deleitando con más “@reflexiones o conversaciones desde el diván” (ya parece un programa de face, You tube o life en instagram) , por lo visto tus años de trabajo como psicóloga y como coach te han llevado a este poderoso y hermoso descubrimiento y habitar un nuevo observador. Gracias nuevamente.
👏👏👏 me gusto mucho Ghis!… como lo escribiste, con simpleza y liviandad para transmitir tu punto, y el mensaje… sumamente potente y reflexivo… todos los dias añoraba que alguien me suspendiera una reunion y que no llamara nadie para tener ese espacio conmigo… para tomarme el cafe en la terraza, mirar redes sociales, conversar con Mariale, etc!!!