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La ilusión del control

Soltar la ilusión del control para cultivar nuevos estados de ánimo.

En variadas situaciones sociales y familiares; en mis vivencias con mis estrechos afectos, marido, hijos; y en mis sesiones de coaching, me aparece con gran recurrencia, la necesidad del control; la ilusión de algunos de poder anticipar todo, los resultados, el desenlace y los impactos; y a menudo constato ésa como una fuente de sufrimiento de muchos, que viven en el desasosiego, en el miedo; con sus cuerpos y pechos contraídos (hombros), replegados y respirando cortito.

He acompañado a altos directivos de empresa, con suprema formación en negocios, con maestrías en las “top five” universidades específicas del tema, con muchos aprendizajes, que han ganado en el entendimiento de su quehacer, en los procedimientos y procesos en cada caso. Sin embargo, pese a esa excelsa preparación continúan viviendo presos de la ansiedad y el miedo de aquel futuro huidizo, esquivo y desconocido.

Hechos impredecibles, no contemplados en las variables y parámetros de sus presupuestos y forecast, que no tenían cómo anticiparlos, obvio: el cambio climático; la irrupción de la digitalización; el Brexit; la aparición del corona virus; los exabruptos de Trump; los estallidos sociales en Chile, Colombia, Hong Kong, cambian sus proyecciones, modifica el precio de las acciones, el valor del USD, del Yuan, y toda la ilusión que tenían de un cierto suceder, se esfuma, desaparece.

Estos mismos directivos viven en ascuas como padres, con la crianza y educación de sus hijos, en especial con los adolescentes, que ya cuentan con más autonomía, iniciando su propio vuelo y más lejos de su tuición,. Me parece a mi que quisieran, si pudieran, controlarles todo, quiénes son sus compañeros de colegio, sus amistades, sus mensajes de wsp, sus accesos a las redes sociales, sus juegos, sus primeros amores encuentros de pareja, sus salidas con sus pares. Y se dan cuenta que lo que pueden controlar es casi nada….qué pesar, qué abrume, que sensación tan opresiva viven. Yo les pregunto, y tú ¿qué controlas? acaso tu respirar? ó cuándo te enamoraste? ¿tu insomnio o desvelo? tu hambre o quizás tu sed? La gripa que te cogiste? ¿la conversación privada o el juicio que te surgió? ¿La culpa que sentiste con lo que hiciste? O aquella tristeza o añoranza que te vino? ¿Elegiste lo que te ocurrió en el día y era como lo esperabas? O tal vez, ¿la conversación que querías tener, inició tal como querías y luego tomó otro curso que no te lo esperabas? Caminabas en el pasillo de tu oficina y te sorprendió encontrarte con alguien; recibes una llamada de tu jefe y te cambia todo tu plan; te enteras que la competencia acaba de lanzar tu mismo producto estrella a mitad de precio…..en fin, ¿qué de todos aquello escogiste que ocurriera ó qué de todo aquello controlas? pareciera ser que vivimos más en un espacio en que las cosas nos ocurren, nos acaecen y por lo tanto la posibilidad del control es una pura ilusión.

Entonces, si el transcurrir del día a día, más bien te sucede, te pasa, te ocurre y es inimaginable ¿cómo liberar aquella energía dedicada al control, y redirigirla a gestionar estados de ánimo indispensables para estos tiempos? ¿Cuáles serían esos estados de ánimo a cultivar, que nos predispongan de otro modo a abordar el mundo actual?

Voy a compartir algunos que me parece podrían ser, sin que el orden de aparición indique prioridad: la serenidad, que posibilite aceptar que la vida es incierta, y que todo lo que vendrá, sea bueno o malo será impensado, insospechado e imprevisto. El otro que se me ocurre es el arrojo, atrevimiento u osadía para participar de aquellos espacios nuevos sin abrumarse por “no saber”. También podría ser el asombro, que permita mirar con gusto y curiosidad lo nuevo y sorprendente que aparece, sin requerir mayor entendimiento o comprensión. Como sustrato base del arrojo que mencionaba, pienso en la confianza, como el espacio que habilite la colaboración con otros y con el mundo, sin temor a equivocarse, pudiendo desplomarte y ser sostenido por una sólida red y conexión que has forjado, creando junto a otros, generando inteligencia colectiva, compartiendo y difundiendo lo que se inventa y se crea. Por último, y no se bien como nominarlo, aquel ánimo que asocio a la ligereza y liviandad para exponerse al mundo de las conversaciones, en un estado de total apertura y de aventura, de especular y ver posibilidades, de imaginar y crear nuevos mundos.

Y a ustedes, ¿qué otros estados de ánimo se les ocurre cultivar en estos tiempos?

Eugenia Espinosa

De profesión es Economista de la Universidad de Chile y se desempeña como Coach Ontológico Senior de Newfield Consulting Post título en Biología del Conocimiento y Comunicación Humana con PHD. Humberto Maturana. Método de Integración Cognitivo Corporal con la neurobióloga chilena Carmen Cordero. Programa Capacidad Emprendedora, Filosofía del Lenguaje y Comunicación Efectiva dirigido por PHD. Fernando Flores. Es chilena con residencia en México.

Como consultora gerencial ha tenido a su cargo la dirección, diseño y ejecución de Programas de desarrollo de Liderazgo, Trabajo en Equipo, Desarrollo de Equipos de Alto Desempeño, Alineamiento Estratégico de Equipos Directivos para importantes empresas en Chile, de la gran minería del Cobre, de Energía y de la Industria Financiera.

Socia y fundadora de Inquest Chile Consultores donde se desempeña en gestión y  desarrollo de equipos de trabajo y atracción de talentos.

En gestión de empresas tiene experiencia en las áreas comercial, financiera y de control de gestión.

Miembro precursora de la FICOP, Federación Internacional de Coaching Ontológico Profesional.

Este artículo fue escrito por personal no perteneciente a Newfield Consulting ni a Eureka, por lo tanto no nos hacemos responsables de las opiniones y comentarios reflejados en el mismo.

1 thought on “La ilusión del control”

  1. Ana Maria Correa

    me gusta tu reflexión, porque pones en palabras lo que siento y pienso en muchas ocasiones personal y laboralmente. Agregaría como estado de ánimo a desarrollar… la reflexión, la reflexión seria y profunda sobre nosotros mismos y lo que nos impulsa a intentar o creer que controlamos… a mi me ha servido.
    gracias!

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